Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, que se celebrará el próximo 30 de octubre, Cáritas ha lanzado una nueva campaña, que este año cumple su 30º aniversario. Bajo el lema “Fuera de cobertura”, la iniciativa denuncia la falta de acceso a derechos, y en especial, la desprotección social que sufren estas personas. “Nuestro empeño es hacer visible la realidad de vulnerabilidad extrema que viven las personas que van quedando al margen de las relaciones sociales, del espacio público normalizado, del acceso a su derecho de vivienda, empleo y protección social”, explica María Santos, responsable del programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Española. .
“En 2022 -añade- los efectos no superados de la pandemia se suman al agravamiento de la crisis que provoca la guerra de Ucrania y que sin duda ahondará en la vulnerabilidad y la exclusión. Queremos que nuestra campaña, un año más, sirva para hacer visible que miles de personas y familias sufren la vulneración de sus derechos sin que exista una apuesta rotunda por parte de la sociedad y de las políticas públicas por modificar dichas situaciones, pero también desde la esperanza y la convicción de que es imprescindible seguir trabajando para que todas las personas puedan acceder a sus derechos y sean incluidas en la vida social y comunitaria”.
Propuestas políticas
Además de acompañar a las personas que sufren el sinhogarismo, Cáritas lleva tiempo trabajando para que no se discrimine a las personas más vulnerables en su derecho a contar con una vivienda digna. En sus propuestas políticas para la II Estrategia Nacional Integral para personas sin hogar 2022-30, nuestra organización insiste en la necesidad de abordar “a la mayor brevedad -por parte de la Administración, también la Estatal- la inexistencia de un parque público de vivienda social/de emergencia para personas y familias en situación de sin techo y sin vivienda en el Estado español”.
El ‘sinhogarismo’ es problema social que no solo aglutina a las personas en situación de calle. Por ello, el número de personas afectadas por esta realidad varía en función del grado de exclusión residencial que se tome en cuenta. De acuerdo a la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial (ETHOS) hay cuatro categorías: en situación de calle, sin vivienda, vivienda insegura o vivienda inadecuada. Las personas que están en la calle y las que van de alojamiento en alojamiento son la cara más conocida de este fenómeno. Sin embargo, las personas que viven en chabolas, caravanas, en asentamientos o en viviendas cedidas son la parte más invisible del ‘sinhogarismo’.
Según el “VIII Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España”, presentado a inicios de año, una de cada cinco familias en nuestro país sufre exclusión residencial, es decir, que tienen graves dificultades en relación al acceso y al mantenimiento de la vivienda. En el caso de los hogares en pobreza severa, ese porcentaje aumenta hasta el 69%.
“Apostamos para que, en un futuro próximo, las personas y familias sin hogar acompañadas por Cáritas (en situación de calle, en asentamientos urbanos y rurales, en barrios vulnerables e infraviviendas, en chabolas de plástico y palés de madera, a punto de ser desahuciadas de sus hogares, o acogidas en recursos residenciales) puedan tener acceso, disfrutar y ver garantizado su derecho humano a una vivienda adecuada”, señala Santos.