La tradición de la exposición constante del Santísimo Sacramento en el Altar Mayor de la Catedral de Lugo aparece reflejada en los documentos conservados en el Archivo de la Catedral de Lugo. En el año 1619, el prelado Alonso López Gallo, afirmaba haber visto unos papeles, y privilegios, en la mesa obispal que confirmaban que en la iglesia de Lugo se habían celebrado varios concilios, y en especial uno “en tiempos de Theodomyro Rey de los Suebos en que se abia extirpado la herejía contra los Priscilianistas que negaban la verdadera Real y permanente existencia de nuestro Señor Jesucristo devajo de las species consagradas fuera del usso dellas; y que era tradicion antiquísima degen memoria desta dicha extirpación quedo desde entonces descubierto en el Altar Mayor el Santísimo Sacramento de la Eucharistía”.
En 1669, con motivo de la solicitud del donativo por parte del Cabildo de Lugo, Juan Pallares Gayoso incluía en su memorial: “ay mas de Mill y nobenta Años (en el Sentir mas avaro) que en el Altar de ssu Capilla mayor, goza este Nobilissímo Reyno, la Verdadera y Real presençia de nuestro Redemptor Sacramentado, continuamente, día, y noche Patente”, pocos años después, en 1696, el obispo de Lugo Miguel de Fuentes confirmaba que “Divina Magestad Sacramentado que esta dia y noche patente en el altar mayor desta santa iglessia desde que en ella se zelebro en tiempo del Rey Theodomiro el concilio en que se condeno la Heregia de los Priscilianistas”, refiriéndose de nuevo al siglo VI.
Los documentos del archivo de la Catedral de Lugo del siglo XVIII, relacionados con los obispos de la diócesis, continúan confirmando la tradición lucense sobre la exposición del Santísimo Sacramento, así Manuel Santa María Salazar, obispo de Lugo hasta 1732, exponía que “fundada la dicha Yglesia por el Apostol Santiago, y dejado por primer Obispo al glorioso San Capito Martir, y que aviendose zelebrado diferentes concilios en ella, y en especial uno el año de mill, y ciento reinando Theodomiro Rey de los Suevos, en que se extirpó la heregia de los Priscilianistas, que negaban la verdadera real, y permanente existencia de Nuestro Señor Jesuchristo devajo de las especies consagradas”.
En 1969, con la conmemoración a nivel nacional de la Ofrenda del Reino de Galicia en su 300 aniversario, se incluyó una nota histórica en el B.O.E. que exponía: “El alto valor espiritual que entraña el privilegio desde el siglo VI de disfrutar de la exposición perpetua y continua del Santísimo Sacramento y la recordación del compromiso del Antiguo Reino de Galicia para el sostenimiento del Culto”.