La iglesia parroquial de Santa María das Dores, en Lalín, acogió ayer, sábado 4 de junio, el bautismo de dos mujeres adultas y la confirmación de 130 personas de entre 11 y 58 años. La celebración, presidida por el Obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco, comenzó a las 12 de la mañana. En su homilía, el Obispo recordó a los presentes que "en el bautismo todos somos como injertados y pasamos a formar parte del cuerpo misterioso de Jesucristo; así, con Él podemos tener una vida más grande, que no muera, que llegue a permanecer para siempre, sin ningún rastro de mal que la pueda deshacer o deteriorar." Además, don Alfonso hizo hincapié en el amor de Dios a cada persona: "Él dio su vida por nosotros de todo corazón porque nos ama de todo corazón y cuando uno se bautiza lo que hace es decir: pertenezco a la familia humana porque he nacido como miembro de ella pero ahora pertenezco también a la familia de Jesús, que me quiere y a quien yo quiero." El Prelado concluyó afirmando que "en el sacramento de la Confirmación "pedimos y recibimos al Espíritu: un Espíritu vivo, sabio, bueno, que resucitó a Jesús y que también nos resucitará a nosotros y al que pedimos que habite en nuestro corazón y le dé vida y lo haga sabio y bueno."