La Diócesis de Lugo tiene, desde la pasada semana, una reliquia del beato José Gregorio Hernández. El cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas (Venezuela) la entregó personalmente para que quedará custodiada en el santuario de la Bienaventurada Virgen de O Corpiño (Lalín).
El beato, conocido como el médico de los pobres y beatificado el pasado 20 de abril, nació en Isnotú, Estado Trujillo (Venezuela), el 26 de octubre de 1864. Su niñez transcurrió en su pueblo natal y en medio de un clima profundamente religioso. Todo este ambiente lo hizo un hombre humilde, muy solidario con todos, especialmente con los pobres y necesitados.
Se graduó en Medicina en 1888 y cursó estudios en París y Berlín. El 29 de junio de 1919 fue arrollado por un vehículo, lo que unas horas más tarde le causó la muerte. Son muchos los que atribuyen a los favores de José Gregorio el haber superado graves problemas de salud.
El expediente Vaticano de la beatificación no avanzó hasta que los expertos determinaron que José Gregorio es responsable de la salvación milagrosa de la niña Yaxuri Solórzano, que recibió un disparo en la cabeza cuando fue asaltada junto a su padre en un caserío en 2017.