Un Santiago Apóstol sedente del siglo XV, perteneciente al Museo Diocesano Catedralicio de Lugo, es la aportación de nuestra diócesis a la séptima edición de las Edades del Hombre que se inaugurará mañana, 12 de junio, en Villafranca del Bierzo.
Esta edición tiene como novedad que tendrá dos sedes: Villafranca del Bierzo, en pleno Camino de Santiago, al finalizar su recorrido por Castilla y León; y Santiago de Compostela, al final del Camino. De ahí el título y la temática que se ha dado a la muestra: Hospitalitas: la Gracia del encuento. El Santiago Apóstol sedente se situará en la sede de Santiago de Compostela (que se inaugurará el próximo día 19 de junio), en la Cripta de la Catedral.
La escultura está datada del primer cuarto del siglo XV y representa al apóstol con iconografía de peregrino. La posición sedente se vincula a la tradición de la Catedral de Santa María de Lugo, como describen, entre otros, el obispo Manuel Santa María Salazar (†1734), que en 1726 escribe “que habiendo sido fundada la dicha Iglesia por el Apóstol Santiago, y dejado por primer Obispo al glorioso San Capito Mártir”, o el Lectoral Juan Pallares Gayoso (†1668), que en su Argos Divina (1700) incluye un apartado con el título “Fundación de la Catedral de Santa María de Lugo por el Apóstol Santiago, imperando los romanos”.
Las imágenes del apóstol Santiago el Mayor proliferan en la Basílica, localizándose en vidrieras, platería o madera, siendo este el caso del Santiago peregrino sedente del Museo Diocesano.
Es una escultura de madera de nogal de 77 centímetros de alto y 33 de ancho, toda ella revestida con una suave policromía, donde destacan los tonos rojizos y verdes. El apóstol Santiago el Mayor aparece en la obra sentado en su cátedra con vestimenta típica de los apóstoles, palio y túnica, destacando en su cabeza un sombrero que presenta una concha, distintivo de las peregrinaciones.
Esta escultura muestra la característica propia de las representaciones cultas del apóstol Santiago durante el predominio del estilo gótico, con una marcada idealización de la cara y una búsqueda del naturalismo en el tratamiento del cabello, la barba o los propios ropajes, todo ello común durante la época en la que fue realizada esta escultura.
Esta escultura está normalmente expuesta en el triforio de la Catedral de Santa María de Lugo, en el lado del Evangelio, dentro de la sección Ad Sanctos.
Con la cesión temporal de esta pieza el Museo Diocesano Catedralicio de Lugo continúa con la labor de puesta en valor de su patrimonio y de colaboración con las principales organizaciones vinculadas a la cultura, tanto en España como en Galicia.
Maria José Campo