Santa Teresa de Lisieux, nació en Normandía, Francia, e 1873, fue monja de clausura a la edad de 15 años, y dedicó su existencia a orar y a sacrificarse por los sacerdotes, especialmente los misioneros.
Santa Teresa de Lisieux ha dejado un mensaje misionero excepcional por su sencillez y profundidad. Sin salir de su convento, se convirtió en una verdadera misionera que enseña aún hoy la importancia de la colaboración espiritual con las misiones.
Pío XI, el “Papa del Domund”, declaró a Santa Teresita Patrona de las Misiones en 1927.
Precisamente, el mes de las misiones, el Octubre Misionero, arranca con la fiesta de esta santa.
Maria José Campo