Início / Menu Diócesis / Noticias

Jornada Mundial de las Migraciones


Este domingo la Iglesia celebra la Jornada del Migrante. En nuestra diócesis hay un numeroso grupo de personas que por circunstancias han tenido que abandonar su país de origen y ahora conviven con nosotros. A través de las palabras de Ewduar, un migrante procedente de Venezuela, y de la Hermana Mónica Maldonado, Misionera Eucarística miembro de la organización para la acogida de migrantes, pretendemos acercarnos, de alguna manera, a esta realidad

La catedral acogerá el 29 de septiembre un encuentro para personas migrantes para conocer la catedral, el museo, celebrar la eucaristía y compartir comida, fiesta y oración.

Entre los organizadores de la jornada está la Misionera Eucarística, Mónica Maldonado, que está implicada en la acogida a las personas que vienen de fuera. La diócesis está haciendo un esfuerzo por acoger a las personas que migran. No solo es darles el pan físico -de lo que se ocupa Cáritas-, sino también el pan de la Palabra de Dios: “Es este sentido, a los que llegan también se les dice que aquí estamos y que, si quieren, pueden compartir la fe. Por ejemplo, en la parroquia de san Froilán tenemos un grupo de oración los domingos a las 18 h, excepto el primer domingo de mes que nos unimos al grupo de la Unión Eucarística Reparadora en la catedral para orar ante el Santísimo.  A Él nos dirigimos para pedir su auxilio, protección, amor y darle gracias por la vida y todo lo que nos está dando. A veces llegan a este grupo y después se van integrando en sus parroquias o en otros grupos y movimientos distintos, según su espiritualidad, según lo que les guste. La iglesia es la casa de todos, acoge a todos, somos hermanos y hermanas”.

Escucha la entrevista completa a la Hermana Mónica Maldonado

Le pido a la Hermana Mónica que me ponga en contacto con alguna de las personas que han ido formando ese grupo de oración en la catedral.  

Me da el teléfono de Edwuar. Lo llamo para plantearle esta charla y se presta a contarme su vida. Su experiencia. Su camino. 

Edwuar es natural de Venezuela y lleva en España desde el 2017 cuando la situación en su país se hizo tan difícil que, él y su esposa, tuvieron que tomar la decisión de abandonarlo: “mi hija tenía 6 meses cuando tocamos la tierra española. Nos vinimos de mi país porque, aunque lo habíamos previsto todo, no habíamos previsto el hecho de tener un hijo. Y cuando tuvimos un hijo, pues las cosas se complicaron. No había cómo alimentarla, no había cómo vacunarla… Había todo un conjunto de situaciones que me hicieron pensar muchísimo que mi hija se me iba a morir por falta de alimento… ahí tomamos la decisión urgente de decir, bueno mi padre está en España, voy a pedirle que nos acoja hasta que yo pueda trabajar. Y así empezamos. En dos meses vendimos todo como pudimos y nos vinimos”.

Él no quiere tocar en profundidad el tema político, pero su decisión de abandonar Venezuela viene determinada por la situación que vive el país. Edwuar y su familia, dejan una vida, un trabajo, amistades… y no es fácil… Realmente alguien en algún momento cree que tendrá que hacer algo así: “¡Jamás!, ¡jamás!. A los 41 años, no recuerdo exactamente, pues ya llega un momento en que estás estable. Estás bien, estás tranquilo. Piensas en tener un hijo…pero es que la lucha en mi país era un tema de … dictadura… es que es una dictadura… no se puede andar, hacer… cuando no tienes hijos tienes una esperanza y dices eres fuerte, puedes seguir adelante y así vas poco a poco solventando cosas. Pero cuando llega un hijo ya no eres tú solo el que estás luchando. Ya es la preocupación por tu hijo y cuando se hace difícil … ves que no vas a poder ni darle a tu hijo ni siquiera alimento. Y es cuando te planteas todo de manera totalmente diferente. Ya no piensas en ti, no piensas si estás bien, si vas a estar tranquilo, piensas en tu hijo y que tu hijo tenga, pues por lo menos, lo mínimo para para estar bien”.

El padre de Edwuar es español y vive en Lugo, así que al principio no venían con la angustia de plantarse en un lugar desconocido, sin ninguna referencia, se sintieron acogidos, ayudados, cuidados: los primeros gallegos que conocimos fueron los amigos de mi padre. Gente súper cordial, amable, los recuerdo y nos vemos eventualmente”. Pero cuando tuvo que empezar a buscarse la vida, un piso o un trabajo las cosas se hicieron más difíciles porque pese a su formación como arquitecto aquí sus estudios no son convalidados: cuando llegué aquí, pues yo dije, bueno, ahora ya tengo que ponerme manos a la obra. Homologar el título es complicado, eso fue, fue muy duro. Emigrar es duro en muchos aspectos, pero cuando llegas aquí, te sientes un estudiante de la ESO…, ni siquiera estudiante de la ESO, porque ni siquiera el título de Bachiller está homologado, nada, nada, no tienes nada homologado, puedes tener lo que sea que yo para poder ejercer como arquitecto tenía que estudiar dos años en A Coruña. Entonces, yo hice todo lo posible para estudiar los dos años pero, claro, o trabajaba y buscaba cómo alimentar a mi esposa, mi hijo, pagar la casa y todo, o me ponía a estudiar, o sea, es que no se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo, es que es imposible. Y me dije, pues voy a trabajar. Fui homologando lo que pude homologar y hoy en día me dedico a las reformas. Tengo una empresa de reformas”.

Le digo que los trámites administrativos, la burocratización de la administración, no lo pone nada fácil: “No lo pone fácil, no lo pone fácil… son, son muy estrictos. Eso puede ser bueno, puede ser malo. Pero pienso que de repente pudiesen ser más… más permeables en el hecho de que la persona viene a trabajar. Porque venimos a darlo todo. O sea, yo aprendí del gallego cuando iba a mi tierra que ellos iban a trabajar. Ellos no tomaban vacaciones. Trabajaban como unos locos y yo decía, pero hombre, anda, diviértete, ve a la playa, ve, toma unas vacaciones. Y es que no, el gallego, el italiano, el portugués eran robots… eso yo no lo entendí hasta que emigré. Cuando uno migra dice yo tengo que establecerme, yo tengo una familia y yo tengo que darlo todo y tengo que llegar a un punto en donde vuelva a escalar”.

Edwuar está en un grupo de oración en la catedral. Como persona creyente que es, al llegar a Lugo comenzó a buscar lugares de encuentro, de fe: “Yo soy creyente, mi esposa también es creyente. Nosotros asistíamos a la iglesia. Y cuando llegamos aquí, a Lugo, pues necesitábamos ese encuentro con nuestro Señor. Y cuando yo, buscando en iglesias, me entero de que está la Catedral y veo expuesto al Santísimo… ¡Eso fue para mí una cosa impresionante!. Que el Santísimo está expuesto, que hay vigilia nocturna, que se hace adoración…y que el Santísimo está aquí expuesto 24 horas y que Lugo es una ciudad con una bendición increíble… y de repente ¡en España no se han enterado… y en Galicia y en Lugo no se han enterado!. El Señor está vivo, justamente aquí con nosotros y aquí tienes la oportunidad de irlo a visitar, así como visitar al padre, a una madre… Y así empezamos. Empiezas a ser familia pues te encuentras gente que también cree y se presentan: hola, ¿qué tal?  Te empiezan a ver y saludas…  y llega un momento en que ya conoces a mucha gente…”

Me admira, me interroga, me reconforta la gente que habiendo tenido que tomar decisiones duras, o pasar situaciones terribles siguen viendo la “mano” de Dios en su vida: “Sí, pero no te pone nada que no puedas pasar. Yo he visto pruebas en otras personas que yo digo: ¡yo no las paso!, ¡pero es que no las paso porque no puedo! y esa persona sí puede… Él nos conoce, porque es nuestro Padre, pero Él nos pone la Cruz que sabe que podemos llevar, y eso la gente a veces no lo ve. Si su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, cargó una Cruz, que.. ¡Dios mío!…, que es que a mí me dice, mira, para que se salve el mundo tienes que sacrificar a uno de tus hijos… pues ¡todos nos vamos a morir!… porque yo.., ¡yo no puedo sacrificar a mi hijo!. Y eso fue el amor tan grande que tuvo Dios con nosotros. ¡Y no nos enteramos!.

Le agradezco a Edwuar su testimonio. No me parece nada fácil ponerse ante un micro y una persona que no conoces y contarle tu vida. No me deja de sorprender y a la vez pienso ¿de qué me asombro? “Dios no nos pone pruebas que no podamos pasar”

Escucha la entrevista completa a Edwuar