I Domingo de Cuaresma: Dios como auténtico bien del hombre

Lo último del obispo


El tiempo de Cuaresma, inaugurado el pasado miércoles de ceniza, es un tiempo de preparación para la celebración de la Pascua. Para ello, la Iglesia pone al alcance y al servicio de todos los fieles elementos propios de este tiempo como ayuda para este tiempo de preparación: la llamada permanente a la conversión, la invitación a la reconciliación, así como las prácticas cuaresmales: el ayuno, la oración y la limosna.

En la liturgia de la Palabra de este primer domingo de Cuaresma aparece un lugar especial que caracteriza este tiempo: el desierto.

El desierto es un lugar inhóspito, silencioso, incluso peligroso, en el cual se evidencia y se ponen de manifiesto la precariedad y las limitaciones del hombre, lejos de todas sus seguridades. Podríamos decir que es un lugar adecuado para este tiempo de Cuaresma.

En este primer domingo de Cuaresma, la Iglesia proclama y rememora el episodio de Jesús en el desierto, a la cual José Luis Martín Descalzo llama “la primera gran batalla de Jesús, prólogo de la lucha que concluirá en la cruz”

El Papa Benedicto XVI (1927-2022), en su libro Jesús de Nazaret. Primera Parte: desde el Bautismo hasta la Transfiguración, habla sobre las tentaciones de Jesús.

El pasaje del evangelio nos dice que Jesús estuvo en el desierto ayunando durante cuarenta días, de estos cuarenta días surge la duración y el nombre de la Cuaresma, pero ¿qué significa número cuarenta? Nos dice Ratzinger: “En tiempos de Jesús el número 40 era ya rico en simbolismos en Israel. En primer lugar, recuerda los cuarenta años que pasó el pueblo de Israel en el desierto, que fueron los años de su tentación como los años de una especial cercanía con Dios; también recuerda los cuarenta días que pasó Moisés en el Sinaí, antes de recibir la palabra de Dios.”

Continúa Benedicto XVI sobre el significado del cuarenta: “Los Padres han visto también en el numero cuarenta el número cósmico, el número de este mundo en absoluto: los cuatro confines de la tierra engloban el todo, y diez es el número de los mandamientos. El número cósmico multiplicado por el número de los mandamientos se convierte en una expresión simbólica de la historia de este mundo. Jesús recorre de nuevo, por así decirlo, el éxodo de Israel, y así, también los errores y desórdenes de toda la historia: los cuarenta días de ayuno abrazan el drama de la historia que Jesús asume en sí y lleva consigo hasta el fondo.”

Acerca de las tentaciones, nos explica que “en las tentaciones de Jesús se refleja su lucha interior por cumplir su misión, pero al mismo, surge la pregunta sobre qué es lo que cuenta verdaderamente en la vida humana. Aquí aparece claro el núcleo de toda tentación: apartar a Dios que, ante todo lo que parece más urgente en nuestra vida, pasa a ser algo secundario, o incluso superfluo y molesto. Poner orden en nuestro mundo por nosotros solos, sin Dios, contando únicamente con nuestras propias capacidades reconocer como verdaderas sólo las realidades políticas y materiales, y dejar a Dios de lado como algo ilusorio, ésta es la tentación que nos amenaza de muchas maneras.

Las tentaciones de Jesús se nos presentan a modo de diálogo entre Jesús y el Diablo, cada una de ellas Jesús las supera, cada tentación iba dirigidas a un aspecto de la persona y el mesianismo de Jesús, a quién es él y el cómo iba a llevar a cabo su obra redentora. Dice José Luis Martín Descalzo, “no estamos ante una anécdota, sino ante un prólogo. Si Satanás esperaba milagros, los encontró, pero mucho más serios que convertir piedras en panes, o que arrojarse por un precipicio. Milagros tan importantes como preferir el servicio y el amor a la victoria fácil del poder; como aceptar los caminos oscuros y sangrientos y dejar de lado los esplendorosos. Y si quería saber si Cristo era más que un hombre, ciertamente que lo descubrió: tenía que ser Dios quien prefiriera lo doloroso y lo pequeño.”

Concluye también Benedicto XVI: “En la lucha contra Satanás ha vencido Jesús: frente a la divinización fraudulenta del poder y del bienestar, frente a la promesa mentirosa de un futuro que, a través del poder y la economía, garantiza todo a todos. Él contrapone la naturaleza divina de Dios, Dios como autentico bien del hombre”

 

Contactos
Dirección

Plaza de Santa María 1
27001 Lugo Lugo

Teléfono

982231143

Correo electrónico

Envía Correo

March