Esta mañana de Miércoles Santo el Obispo de Lugo, Mons. Alfonso Carrasco, presidió la Misa Crismal en la catedral, en la que concelebraron sacerdotes de toda la Diócesis.
En su homilía señaló que las palabras del Evangelio de hoy se refieren a la misión sagrada de Jesús y de la que los sacerdotes participan por su ministerio: “Nuestra misión es hacer presente la misión sagrada del Señor. Participamos de ella. El señor puso en nuestras manos su presencia, su misericordia que acoge, levanta, ilumina… Hacemos presente al Señor que murió por nosotros, anunciamos la Verdad. Y así lo decimos, sabiendo que es real, que Él está en medio de nosotros”.
Como servidores de una realidad de comunión, de fraternidad, de iglesia, los sacerdotes ayudan al pueblo a caminar en esta vida con la presencia de Dios: “sabemos que hay una Verdad, un camino, y que lo hacemos juntos, no nos dejamos los unos a los otros, lo hacemos unidos y guiados por el buen Pastor, presente en el sacramento de la Eucaristía. No son solo buenas palabras, o buenas intenciones, las que nos guían, sino realidades. El perdón es real, la misericordia es real, la caridad y la entrega de Jesús y su presencia en la Eucaristía es real. Y los sacerdotes por una gracias de Dios y la vocación ponemos en el mundo esa realidad”.
Añadió para finalizar: “Todo esto es real y es un bien inmenso. Qué sería de nosotros sin esperanza, sin fe, sin la misericordia de Dios que hace renacer la caridad o el perdón. Qué sería de nosotros sin que nadie nos hablase de la dignidad del hombre, de la diferencia entre el mal y el bien, de la diferencia entre cuidar a una persona o hacerle daño, entre estar unidos o romper relaciones… nosotros, sabiendo de la realidad de Dios, presente en los sacramentos, lo decimos y nos hacemos presentes en la vida del pueblo portando su esperanza”.
Tras la homilía continuó la eucaristía con la renovación de las promesas sacerdotales y la bendición de los óleos y del Crisma.
María José Campo