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Acción de gracias por la figura y la obra de don Luigi Giussani

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Este año se celebra el centenario del nacimiento del Siervo de Dios don Luigi Giussani y el 40 aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación. Por tal motivo, este próximo sábado 26 de febrero, a las 12 de la mañana, nuestro Obispo, monseñor Alfonso Carrasco, presidirá en la Catedral la Eucaristía de acción de gracias a Dios.

Luigi Giussani, sacerdote, intelectual, educador y fundador clave para entender el desarrollo de la Iglesia Católica en la segunda mitad del siglo XX, nació en 1922 en Desio, un pueblo de los alrededores de Milán. Recibe de su madre, Ángela, la primera y cotidiana introducción a la fe y de su padre, Beniamino, la invitación constante a preguntarse el por qué y la razón de las cosas. Con once años entra en el seminario de su diócesis y, durante sus estudios, se apasiona por la literatura y, en particular, por la obra de Giacomo Leopardi, porque, dirá, «la problemática que suscitaba me parecía que eclipsaba todas las demás». La intuición nace durante la lección sobre el prólogo del Evangelio de Juan (más tarde Giussani mismo aludirá a ese episodio como «el día espléndido»), en la que escucha al profesor decir: «El Verbo de Dios, o sea, aquello en lo que todo consiste, se hizo carne. Por tanto, la belleza se hizo carne, la bondad se hizo carne, la justicia se hizo carne, la vida, la verdad se hizo carne: el ser no está en un mundo de las ideas platónico, sino que se hizo carne, es uno de nosotros». En aquel momento, afirmará posteriormente él mismo, don Luigi recordó del himno A su dama del poeta Leopardi: «En aquel instante pensé que Leopardi era, mil ochocientos años después, un mendigo de ese acontecimiento que ya había tenido lugar, y que san Juan anunciaba: “El Verbo se hizo carne”». 
El 26 de mayo de 1945 es ordenado sacerdote por el cardenal Ildefonso Schuster y permanece como profesor en el mismo seminario de Venegono durante varios años en los que se especializa en el estudio de la teología oriental (especialmente la eslava) y en la teología protestante americana y profundiza en las motivaciones racionales de la adhesión a la fe y a la Iglesia.

Comunión y Liberación

A mediados de los años 50, Giusanni deja la enseñanza en el seminario por la escuela media superior. Durante diez años, desde 1954 hasta 1964, enseña en el Liceo Classico "G. Berchet" de Milán. Comienza a desarrollar entonces una actividad de investigación y de publicaciones, toda vez que la atención dentro y fuera de la Iglesia vuelve a centrarse en el problema educativo. Entre otras cosas, redefinirá la voz "Educación" para la Enciclopedia Católica. Son los años del nacimiento y de la difusión de GS (Gioventù Studentesca).

Desde 1964 hasta 1990 detenta la cátedra de Introducción a la Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán y, en más de una ocasión, es enviado por sus superiores a Estados Unidos para profundizar en los estudios.

Funda y guia el movimiento Comunión y Liberación (CL), presidiendo el Consejo General (conocido comúnmente como "Centro"). Además, preside la Diaconía Central, órgano directivo de la Fraternidad de Comunión y Liberación, asociación reconocida por el Pontificio Consejo para los Laicos en 1982. Incluso, alienta y guía la experiencia de los Memores Domini, asociación laical también reconocida por el Pontificio Consejo para los Laicos (1988). Dicha asociación reúne a personas de CL que han elegido la consagración a Dios en la virginidad.

Giussani fue consultor de la Congregación para el Clero y del Pontificio Consejo para los Laicos y creado monseñor por san Juan Pablo II en 1983 con el título de Prelado de honor de Su Santidad. Además, en 1995 se le asignó el Premio Internacional de la cultura católica.

Su pasión por la belleza y el cuidado por los gestos cotidianos son dos de los rasgos de su personalidad que más llamarán la atención. Para él, en efecto, «si la belleza es el resplandor de la verdad, entonces el gusto, la estética, el gusto estético, es el modo en que el hombre percibe la verdad». 

La centralidad de Cristo

Fallecido Luigi el 22 de febrero de 2005, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, enviado del Papa a las exequias, subrayó que “don Giussani ha entendido que el cristianismo no es un sistema intelectual, una confección de dogmas, un moralismo, sino un encuentro, una historia de amor, un evento”. Recordando los inicios del movimiento Comunión y Liberacióbn, fundado por el sacerdote milanés en plena crisis del 68, el purpurado alemán resaltó cómo aquel hombre supo anteponer “la centralidad de Cristo” ante los “dogmatismos ideológicos” que defendían que era el momento de sustituir la fe por la “acción”.

San Juan Pablo II afirmará que la “fe ardiente de don Luigi Giussani se traducía en un testimonio cristiano capaz de suscitar, especialmente entre los jóvenes, una acogida amplia y convencida del mensaje evangélico. Toda su acción apostólica se podría resumir en la invitación franca y decidida que dirigía a cuantos a él se acercaban, a un encuentro personal con Cristo, respuesta plena y definitiva a las esperanzas más profundas del corazón humano."