Los primeros días de septiembre toca la vuelta al cole. La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad. Consciente de su importancia, la Iglesia se implica desde hace siglos creando instituciones educativas en todos los niveles. Se involucran en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna a través de la educación.
Enseñar en la Iglesia tiene mucho que ver con formar a cada persona desde el corazón, desarrollando sus capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces de buscar el bien y de elegirlo para su vida.
«En este colegio religioso nos ayudan a crecer como personas”
Así lo han vivido Iker Catalán y Ana Serrano como alumnos del colegio diocesano Santa Cruz, en Guadalajara. Compromiso, entrega, generosidad, compañerismo, alegría son algunos de los valores que destacan de su etapa de formación en el centro. Y lo resumen: “desde que entramos en el colegio nos sentimos acompañados”.
Ellos son un ejemplo entre los más de 135.000 alumnos que van a clase en los más de 300 colegios diocesanos que mantiene la Iglesia en España. Estos colegios forman parte de los más de 2.550 centros católicos concertados que existen en nuestro país de diferentes congregaciones religiosas, según los datos de la última Memoria anual de actividades de la Iglesia Católica en España. Más de un millón y medio de alumnos estudian en centros con un ideario cristiano.
“Los alumnos de religión se hacen preguntas sobre lo que significa ser persona en el siglo XXI”
Al otro lado del aula está Jesús Manuel Gallardo. Jesús lleva la enseñanza de la Religión en sus venas. Son 20 años impartiendo esta asignatura en el colegio salesiano de Majadahonda, en Madrid y, «no me canso», afirma tajante.
Para él la Religión no es una asignatura más, “es una asignatura como una catedral”, donde los alumnos no solo aprenden conocimientos sino un modo de estar en el mundo. Nos cuenta que muchas veces en esta asignatura es la primera vez que los estudiantes se hacen las preguntas esenciales de la vida o incluso que oyen hablar de Dios.
Gallardo se enorgullece de pertenecer a los más de 40.000 profesores de religión católica y de haberse preparado para impartir esta asignatura. En el sistema educativo español es una asignatura de oferta obligatoria en los centros educativos pero de libre elección para los alumnos. Destaca que más de 3 millones de alumnos siguen eligiendo cada curso la asignatura de religión. “No son los padres los que les apuntan cuando van siendo mayores, los propios chavales la escogen en la matrícula año tras año”, señala.
Convertir una extraescolar en mecanismo de integración e inclusión
Fuera de las aulas, una extraescolar se puede convertir en mecanismo de integración e inclusión. Lo cuenta Eva Romero que es una de las impulsoras del club de atletismo del colegio diocesano de Albacete, con el que el centro ha convertido lo que era una extraescolar en «un mecanismo de integración e inclusión”. Y es que, muchos de sus alumnos vienen de entornos muy desfavorecidos. Por eso, Eva pone todo su empeño para que sientan «el colegio como su casa».
Para ella la educación en los colegios de la Iglesia lleva a poner a la persona en el centro de todas las actividades. “Nosotros con el club de atletismo y las demás actividades extraescolares buscamos promover la formación integral de nuestros alumnos”. Y así sucede en los colegios de inspiración católica, donde estudian más de 75.000 alumnos extranjeros. Más del 15 % de alumnos inmigrantes están escolarizados en la escuela concertada.
CEE