El Obispo de Lugo, Mons. Alfonso Carrasco, presidió la solemnidad de la Asunción de María en la catedral.
Tras saludar a los presentes, entre los que se encontraban representantes de la corporación municipal, en esta celebración de la fiesta de la patrona de Lugo, la Virgen de los Ojos Grandes, el obispo resaltó el papel fundamental de la Virgen como intercesora para todos y partícipe de la victoria de su Hijo sobre la muerte y el pecado: “Intercesora del amparo verdadero, porque el Señor ha querido que participe de su obra, de su inmensa gracia, de su victoria”.
Recordó, Mons. Carrasco, que Dios no creó al mundo para que fracasase, sino para conducir a los hombres a la vida eterna. Son los hombres y su libertad los que escriben el camino: “Estamos hechos por Dios para el amor y la comunión, participamos con Él, hacemos el camino con Él (…) lo cual no significa que sea fácil y que no esté exento de dificultades. Sentirnos interpelados no significa que no tengamos que hacer el camino personalmente y esto pueda ser costoso o estar lleno de sacrificios”, añadiendo que en María encontramos un gran apoyo: “Ella es la gran intercesora, el verdadero ejemplo. Amparados por María, en comunión, rodeados, sostenidos, defendidos por la Virgen, no hacemos el camino solos”.
A Ella, a su intercesión, nos encomendamos en su fiesta.
Maria José Campo