La plaza de Santa María acogió, un año más, la bendición del Domingo de Ramos, presidida por el obispo, Mons. Alfonso Carrasco, y que contó con la asistencia de miembros de la Junta de Cofradías y autoridades civiles.
Tras la procesión de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, “A Borriquita”, el obispo de la diócesis presidió la celebración Eucarística en la Catedral.
En su homilía, Mons. Alfonso Carrasco Rouco, comenzó recordándonos lo que celebramos hoy, Domingo de Ramos, la celebración que abre la Semana Santa: “Un año más llega a nosotros la noticia de nuestra redención, de la salvación del mundo, sucedida según el plan de Dios en los acontecimientos vividos por Jesús, Nuestro Señor, en su paso definitivo de la muerte a la vida”.
Siguió, Mons. Carrasco, diciendo que “hoy hacemos memoria viva de que Dios se ha hecho hombre, por nosotros y por nuestra salvación. (…) En el Señor Jesús se nos manifiesta el corazón de Dios mismo: por tu felicidad, por tu sed de verdad y de justicia, porque te libres del mal y tengas vida, para que se realice tu plenitud y no te quedes en la muerte, asumiré tus cargas, soportaré tus dolores”.
Finalizó su intervención señalando que “Él no será derrotado por nuestro pecado, nuestro cansancio y nuestro miedo; se hará presente resucitado para restaurar una amistad que parecía rota por el abandono y la muerte, e iluminará todo lo humano, hará revivir las certezas y el calor del corazón”
PUEDES LEER AQUÍ LA HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS 2025
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María José Campo