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Concluyen las Jornadas de Profesores de Liturgia


Concluyeron en Lugo las Jornadas de Profesores de Liturgia que se vinieron celebrando en el Seminario desde el 27 de agosto y que estuvieron centradas en la carta apostólica del papa Francisco Desiderio desideravi.

En el último día, Giuseppe Midili (Pontificio Istituto Liturgico y Pontificia Universitá Gregoriana (Roma) impartió una conferencia titulada “Al conocer a Dios visiblemente, Él nos lleva al amor de lo invisible”, en la que trató de la parte de Desiderio desideravi en la que se trata del asombro ante el misterio pascual: “Desiderio desideravi, nos habla del asombro ante el misterio pascual. Esto nos ayuda a abrir una perspectiva distinta, porque no es un misterio entendido en el lenguaje común para referirse a algo que no se entiende. Desiderio desideravi restablece el significado correcto, nos ayuda a entrar en la experiencia del misterio pascual, y precisa que el asombro no es un espejismo frente a una realidad oscura o a un rito enigmático, sino que es la maravilla ante el hecho de que el plan salvífico de Dios nos ha sido revelado en la Pascua de Jesús”.

Durante estos días también intervinieron Jordi Font Plana, del Instituto de Liturgia “ad instar facultatis“ (Barcelona) y que habló sobre la “La formación para la liturgia: “Si cuando entramos en la liturgia ya tenemos una buena base trabajada, integralmente educada, podemos dejarnos formar por el mismo Cristo, que se hace presente en cada acción litúrgica de la Iglesia: cuando celebramos, cuando se reúne la asamblea, cuando se proclama la Palabra de Dios y sobre todo bajo las especies eucarísticas del pan y del vino”; y Ramón Navarro Gómez, Delegado de Liturgia (Diócesis de Cartagena) que abordó el tema “La formación desde la liturgia”: “La finalidad de participar en la celebración litúrgica es que esta realmente toque nuestra vida, que haya un encuentro con Cristo y nos cambie. Hay que darse cuenta de la capacidad transformadora de la liturgia, que llega a la vida y la transforma eficazmente. El encuentro con Cristo reconduce y reorienta la vida de la persona para dar culto a Dios, no sólo en la celebración sino también en la vida”.