Con motivo de la celebración, el próximo día 11de febrero, de la Jornada del Enfermo, la delegación de Pastoral de la Salud de la diócesis organizó, en el Seminario diocesano, una conferencia que fue impartida por el Dr. José Ignacio Vidal Pardo, jefe del servicio de Endocrinología del HULA, y que llevaba por título “Dar esperanza en la Tristeza”.
El Dr. Vidal Pardo comenzó su intervención recordando la figura de Juan Rof Carballo y presentando algunas conclusiones del Estudio sobre Desarrollo Adulto que, durante 85 años, la Universidad de Harvard estuvo realizando sobre los aspectos que contribuyen a la felicidad. Habló sobre la soledad y sobre las posibilidades de actuación para mejorar la vida de los enfermos.
Precisamente, en lo que respecta a las posibilidades de actuación ante la soledad y la tristeza, el Dr. Vidal Pardo, señaló: “¿Qué podemos hacer nosotros? Está aquel aforismo: “Si puedes cura, si no curas alivia, pero siempre consuela”. Y yo añadiría otra cosa, siempre acompaña. Es lo mínimo que se nos exige a los sanitarios. Y entonemos el mea culpa, porque no todos estamos todos los días a la altura de las circunstancias. Pero es fundamental acompañar, el interactuar con el paciente, el conversar con ellos, el ayudar. Si lo llevamos, a una frase del profeta Isaías, que ponía como palabras de Yahvé “No temas, porque yo estoy contigo”. Ser nosotros un vehículo de Yahvé.
“Me gustaría verlo de dos formas:- dijo-primero, como un deber cristiano de atender a la persona desvalida. Pero desde luego, también, como una obligación deontológica el consolar, el atender y el acompañar a los pacientes. Y acompañarlos no sólo físicamente, que muchas veces nos es difícil, sino acompañarlos emocionalmente. Intentar combatir la tristeza, la incomprensión que tienen”.
Otro de los aspectos de actuación en los que hizo hincapié es la importancia de hacer un buen manejo de la información: “Yo creo que informamos muy mal al paciente. Al paciente hay que informarle con una empatía positiva, no una empatía estúpida, o sea, lo que no se le puede decir es que se va a curar cuando no se va a curar. Hay que buscar aspectos positivos, mitigar sus miedos. Muchas veces, el paciente no tiene miedo al fin de su enfermedad, pero a veces tiene miedo al dolor, al sufrimiento, pues, ¿qué le tenemos que decir? Que hay multitud de soluciones para lo que es el dolor, el padecer en general”.
Para el Dr. Vidal Pardo, es importante no olvidar el afecto físico y la fe: “Al paciente nos estamos olvidando de lo que es darle afecto físico, el tocarle, el cogerle la mano, darle un beso. Eso es algo fundamental en nuestra vida y es fundamental con los pacientes. Estamos mirando el PET, la resonancia, pero a veces nos olvidamos de ese afecto físico que yo creo que al paciente le ayuda mucho.
“Después, siempre que podamos, recurrir a la fe, y si no, pues en la que nosotros le podamos aportar.
Y, finalmente, ante situaciones de enfermedad es importante hacer buen manejo de los cuidados paliativos: “Yo creo que hoy por hoy tenemos que potenciarlos. Creo que aquí sí se está haciendo un esfuerzo. Galicia tiene una población que está muy diseminada, pero se está haciendo un esfuerzo. Unos buenos cuidados paliativos bien administrados, desde luego mejoran mucho la situación de la dignidad de la muerte”.
Concluyó su intervención recordando que “Es una obligación del cristiano cuidar al que sufre y desde luego nadie sufre más que un enfermo que está en soledad. Debemos contrarrestar el individualismo. Y desde la fe. Si no es de la fe, al menos desde la cultura occidental, conjugar un poco lo que hablan los psicoanalistas, el impulso tutelar o el impulso diatrófico, con lo que en la Iglesia se llamó el ágape del mundo cristiano inicial, aquello que celebraban los primeros cristianos”.
Maria José Campo