El Seminario acogió, el pasado 9 de octubre, el tradicional encuentro del Obispo de Lugo con los miembros de vida consagrada de la diócesis a principio del curso pastoral
Tras el saludo del Obispo y una pequeña presentación de cada uno de los asistentes, Mons. Carrasco, señaló la doble intencionalidad del encuentro: la primera “para vernos, saber quiénes somos y ver cómo estamos” y la segunda, para hablar de las líneas pastorales de cara al nuevo curso.
En el encuentro recordó que la Vida Consagrada es signo de la presencia de Dios, es por eso qué su testimonio tiene gran importancia en la vida de la diócesis, así como una gran ayuda para los fieles laicos y los sacerdotes. El obispo, en sus palabras dirigidas a los asistentes, insistió en que la consagración “no es un simple trabajo, es una misión, un bien y un gran signo para todos”. “La importancia de la Vida Consagrada radica fundamentalmente en que ésta es un don de Dios”.
Entre las noticias dadas en el encuentro destaca la comunicación a los asistentes de la renovación del P. Ramón Pascual Garrido, MMCCJ, como delegado para la Vida Consagrada en la diócesis.
