La jornada de convivencia en el inicio del Año Litúrgico se celebró este lunes en Silleda y Lalín y estuvo presidida por nuetro Obispo, Mons. Alfonso Carrasco Rouco.
«Hemos venido a este lugar a poner todas nuestras tareas bajo la mejor luz posible, en un horizonte en el que no confiamos en los proyectos que tenemos, ni en nuestras fuerzas, sino en el Señor, que ha venido a nuestro encuentro». Con estas palabras comenzó la homilía nuestro Obispo, Mons. Alfonso Carrasco Rouco, en la Eucaristía celebrada ayer en el Santuario de Nuestra Señora de O Corpiño (Lalín) como culminación del encuentro diocesano de inicio del Año Litúrgico. En la misma, don Alfonso animó a todos a pensar que «no estamos solos en el camino de la vida. Tenemos con nosotros a personas, entre ellas a la Virgen María, y esto nos permite hacer un camino profundamente personal y profundamente pacífico». Y concluyó haciendo una invitación a «una confianza plena y completa en Nuestro Señor, en su presencia y cercanía».
La Santa Misa, que sucedió a la celebración del sacramento de la Penitencia, fue la culminación del encuentro. La jornada había comenzado en el monasterio de Carboeiro (Silleda). Allí, los asistentes, entre los que estaba la concejala de Cultura, Mónica González, en representación del concello de Silleda, visitaron la iglesia monacal acompañados por una guía que les explicó la historia y el arte del lugar. Después de la oración, el encuentro continuó en el Santuario de Nosa Señora de O Corpiño (Lalín) donde el Vicario de Pastoral, don Luis Manuel Rodríguez Pérez, hizo una breve reflexión sobre la sinodalidad. «El Sínodo convocado por el Santo Padre nos trae a la memoria la corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios», recordó.
A esta convivencia organizada por la delegación episcopal de Liturgia, Religiosidad Popular y Patrimonio Histórico Artístico asistieron centenar de personas de distintos lugares de la Diócesis.