La custodia que el prelado Diego Castejón Fonseca regala a la Catedral de Lugo en 1636, cobra una especial importancia histórica por dos motivos: el primero, por suponer un paso adelante en la devoción por el Santísisimo Sacramento en el templo, extrayéndolo del pequeño orificio en el que se mostraba en el retablo de la Capilla Mayor, para situarlo en 1636 de una manera más visible dentro de una custodia, consiguiendo con esto “el grande aumento que recibió este culto desde el tiempo del Señor Castejón. Porque después de haberse colocado el Sacramento en la rica Custodia que ofreció este Prelado, se esmeraron los Sumos Pontífices, los Reyes, todo el Reyno de Galicia, y algunas personas particulares en promover la devoción al Sacramento expuesto en esta Iglesia”.
El segundo hecho histórico que marca la relevancia de esta pieza es el de ser la utilizada en la primera ceremonia de la Ofrenda del Reino de Galicia, el domingo 19 de junio de 1672, siendo el prelado de la Diócesis de Lugo el gibraltareño Fray Juan Asensio.
Históricamente esta pieza ha sido atribuida al prestigioso orfebre leonés Juan de Arfe y Villafañe, fallecido más de treinta años antes de la llegada de la custodia a Lugo, basándose en una carta que el propio prelado había enviado al Cabildo otorgando la autoría a ese orfebre; los estudios más actuales sobre las custodias de la Catedral de Lugo, proponen la hipótesis de que el autor real fuese Juan de San Martín, cimentando esta hipótesis en la analogías estilísticas de piezas de este maestro orfebre, aunque la falta de marcas en el metal dificulta el otorgar la autoría.
Con más de un metro de alto, y treinta y ocho centímetros de ancho en el pie, esta pieza de bronce sobredorado, de origen Toledano, trae a la memoria uno de los momentos históricos más relevantes de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Lugo; el paso intermedio entre la exposición del Santísimo Sacramento en el retablo de la Capilla Mayor, y la exposición en la custodia que actualmente lo contiene, regalada en 1772 por el prelado Juan Sáenz de Buruaga. La memoria de Diego Castejón Fonseca, estante en Lugo en un breve periodo temporal, entre 1634 y 1635, ha quedado para siempre salvaguardada por la presencia de su escudo en la parte superior de esta pieza de orfebrería.
