El antiguo retablo mayor de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Lugo fue construido en la primera mitad del siglo XVI por el maestro escultor flamenco Cornielles de Holanda, cobrando por ello 600 ducados, y sirvió de espectacular telón de fondo en la primera ceremonia de la Ofrenda del Reino de Galicia, personificada esta en el regidor de Mondoñedo Juan Pardo Monzón, y en el obispo de Lugo Fray Juan Asensio.
Los casi cinco siglos de historia que contemplan esta pieza fueron testigos de su evolución, destacando la intervención en el mismo de pintores como Marcos de Torres en el último cuarto del siglo XVI, y de Lucas de Caamaño en el siglo XVII. En febrero de 1767, debido a su estado de conservación, y al gusto del obispo Juan Sáenz de Buruaga por un nuevo estilo artístico en la Capilla Mayor, el retablo es dividido en dos secciones, y colocado en los frentes de los testeros, donde actualmente está situado; los responsables de este trabajo fueron Agustín Baamonde, Benito Rioboo y Juan Rioboo, estos últimos padre e hijo.
La división del retablo realizada en la segunda mitad del siglo XVIII es visible hoy en día con dos secciones de iconografía muy diferenciada: en el lado sur se sitúa en la parte superior la imagen de la Virgen María, advocación de esta catedral, pudiendo contemplar también las espectaculares representaciones de la Anunciación, el Bautismo de Cristo, la Circuncisión del Señor, la Epifanía o la Natividad, situándose bajo esta imagen el lugar donde se mostraba el Santísimo Sacramento durante el siglo XVI, justo entre las imágenes de San Pedro y San Pablo.
El testero sur alberga la otra sección del retablo de Cornielles de Holanda, mostrando en la parte superior a Jesús crucificado acompañado del buen y el mal ladrón, Dimas y Gestas. La iconografía localizada en esta zona incluye la Transfiguración en el monte Tabor, la Última Cena, la Muerte de Jesús a los pies de la Cruz, la Resurrección, su presencia entre los apóstoles o su Ascensión final, mostrando en su conjunto una impresionante representación iconográfica de la última etapa vida de Jesús del periodo pretridentino.
Esta obra cumbre del estilo plateresco en Galicia se completa con diversas piezas, como los Evangelistas San Marcos y San Lucas, que se encuentran expuestos en el Museo Diocesano Catedralicio de Lugo desde su reapertura en el año 2017.