La meta de la tarea pastoral es la unidad y la colaboración de todos, fieles y presbíteros. Esta unidad se corresponde con la naturaleza íntima de nuestro ser comunidad, parroquia e Iglesia, está en el corazón de la misión del presbítero, y hará posible la tarea de la evangelización.
En Galicia la parroquia es fundamentalmente un lugar concreto de relación, de comunión, de comunidad, pero visible, con rostros, con una historia. Es necesario volver a ser comunidades reales, visibles, no una comunidad de la que hablas, sino una comunidad a la que puedes ir, que puedes compartir, que hay un sacerdote que conoces, cuya responsabilidad para contigo está clara. Por eso es importante que el proceso de Reorganización Pastoral en nuestra Diócesis siga evolucionando y dando forma a la vida parroquial en las zonas donde se ha implantado.
Y los fieles así lo viven en estos centros interparroquiales de San José Obrero de Oural y Ecce-Homo de Rubián.
Sandra, además de ser la catequista de Confirmación, es una de las primeras colaboradoras desde la creación del Centro Interparroquial. Como catequista nos habla acerca del cómo se ha planificado la catequesis en función de quienes la reciben. Recuerda cómo desde el año 2009, el párroco comenzó a plantear y explicar a los feligreses de las distintas parroquias cómo sería el proceso de creación del Centro Interparroquial, a partir de ahí han surgido distintos grupos gracias a que los vecinos tenían oportunidad de reunirse, hasta la consolidación que tiene hoy en día.
Nuria es catequista de Primera Comunión del Centro Interparroquial de San José Obrero de Oural. Como catequista, además de encargarse de la formación y preparación de los niños que acuden a catequesis, procura que haya momentos para el encuentro y la convivencia de los mismos, estos encuentros se llevan a cabo en fechas significativas en las que se reúne la comunidad cristiana para celebrar juntos la fe. De esta manera, la centralización de la catequesis hace posible una mejor atención y acompañamiento de los niños.
Pura valora sobre todo las actividades en las que se puede compartir con los demás, como cantar en el coro al que pertenece y las peregrinaciones, momentos en los que, además de compartir y convivir, se puede hablar con los feligreses vecinos de otros pueblos con el fin de buscar el mejoramiento del Centro Interparroquial.
Aida es una de las colaboradoras de la parroquia de Santiago de Rubián que apoyan en el mantenimiento y cuidado de los centros de culto. La labor de mantener a punto las capillas la lleva a cabo para facilitar que la capilla sea un punto de encuentro para los asistentes y visitantes, no sólo los de la parroquia, también los provenientes de distintas parroquias pertenecientes al Centro Interparroquial.
Marisa y Pilar son colaboradoras de Oural, pertenecen a un grupo coral que actúa sobre todo en las fiestas. Ambas ofrecen su ayuda y disposición para colaborar en todo lo que puedan aportar.
Pilar, Marisa, Pura, Rosa y Clara colaboran como un solo equipo en el Centro Interparroquial. Cada una de ellas colaboran en la medida de sus capacidades, dedicadas a distintas actividades, pero unidas en comunión.
María José Campo