El tercer domingo de Adviento también es conocido como Gaudete, una palabra en latín que significa 'gózate' o 'alégrate', y se inspira en la Carta que San Pablo envió a los filipenses: “Gaudete in Domino semper: iterum dico, gaudete. Dominus enim prope est” (Alegraos siempre en el Señor. Insisto: ¡Alegraos! El Señor está cerca).
El Adviento es la temporada de preparación para la llegada del Señor, y al llegar al tercer domingo de Adviento, la mayor parte del camino ya ha sido recorrido. Por lo tanto, es apropiado regocijarse al ver que se acerca la meta de la temporada: “El Señor está cerca”.
En Filipos existía una comunidad cristiana de la cual san Pablo se sentía muy orgulloso, ya que destacaba por una gran fidelidad al Señor. Se dirige a ellos con palabras afectuosas y llenas de esperanza desde la cárcel en la que estaba recluido por su amor a Cristo. «El Señor está cerca» (Flp 4,5), les anima.
Aunque las circunstancias que vivimos alguna vez puedan ser difíciles o dolorosas, no son un obstáculo para la verdadera alegría. El Señor está siempre a nuestro lado.
La alegría a la que nos invita la palabra de Dios se edifica sobre la certeza de que, mientras aguardamos su venida, el Señor está aquí, cerca de nosotros, cuidando amorosamente de su pueblo. Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos y está dispuesto a pelear a nuestro lado. Jesús viene una vez más, por tanto, «ya no tengáis miedo» (Is 35, 4).
María José Campo