La inmatriculación es un mecanismo extraordinario de certificación ideado para facilitar la inscripción de propiedades a instituciones centenarias como la Iglesia católica y algunas administraciones públicas, y recogido en el artículo 206 de la Ley hipotecaria 1998-2015. Por eso la Iglesia procedió a registrar por esta ley todos aquellos bienes que hasta entonces no había sido posible registrar, aunque eran bienes eclesiales desde siempre.
La Conferencia episcopal, en contacto con las Diócesis ha hecho un estudio exhaustivo que ha consistido en la catalogación de los bienes, su división por Diócesis y verificación de los procesos de inmatriculación de cada bien.
Los inmuebles inmatriculados están a disposición de los fieles, pertenecen al pueblo de Dios y están al servicio del bien común, mediante las actividades de la comunidad cristiana.
Muchos inmuebles de la Iglesia diocesana han sido cedidos por esta gratuitamente para la realización de distintas actividades a diversos ayuntamientos, instituciones o asociaciones.
Es importante para la Diócesis de Lugo mantener la colaboración entre la Iglesia, las administraciones públicas y la sociedad en su conjunto, para cuidar y conservar nuestro patrimonio común y para que su uso eclesial, social, artístico y cultural pueda seguir realizándose al servicio de todos en las mejores condiciones.
