Cada 24 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Madre la Virgen de la Merced, patrona de los presos y de todos los que trabajan en prisión. En torno a esta fecha, en los centros penitenciarios se organizan actividades, concursos o festivales que culminan con la celebración de la eucaristía.
El director del departamento de Pastoral Penitenciaria, Florencio Roselló, recuerda que en el mundo hay once millones de personas presas. Para ellos, la Merced «es misericordia, es solidaridad, es compromiso». Cada 24 de septiembre, «las prisiones confían su suerte a una mujer, la Virgen de la Merced. Ella es Madre, que fiel a su hijo está al pie de la cruz, pero también lo está al pie de la cárcel. Ella enjuga las lágrimas de tantos presos que han caído, y ella como la madre buena los vuelve a levantar».
Fue el 27 de abril de 1939 cuando la Virgen de la Merced fue declarada en España, y en muchas partes del mundo, patrona de las prisiones, es desde entonces cuando presos, familias y trabajadores de la institución penitenciaria celebran su fiesta.
El compromiso de la Patoral Penitenciaria es reconocido como meritorio por la misma Administración Penitenciaria. Este año 2022 van a recibir un reconocimiento especial varios miembros de esta Pastoral:
- Antonio Sánchez Martínez, capellán de Murcia II y delegado de Pastoral Penitenciaria de Cartagena-Murcia, la medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario.
- Pastoral Penitenciaria de Jaén, la medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario.
- Mari Cruz Beraza Sánchez, voluntaria de Pastoral Penitenciaria de La Rioja, la medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario.
- Asociación Entainar, de Asturias, que nació dentro de la Pastoral Penitenciaria, ha recibido la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario.
Memoria de la Pastoral Penitenciaria 2021
El departamento de Pastoral Penitenciaria hace pública la Memoria 2021, en la que ofrece los datos del trabajo realizado durante el año. En esta ocasión se han recopilado gracias a la aportación de 78 de las 82 prisiones consultadas, lo que supone el 95,1 % de los consultados.
La Memoria se divide en tres partes. En la primera se ofrecen unos datos generales de todas las acciones. En la segunda, se facilitan los datos por las 12 zonas en las que está dividida la Pastoral Penitenciaria. En la tercera, se pueden leer las aportaciones escritas que han remitido desde las distintas prisiones.
En la Memoria 2021 se refleja que la actividad en las cárceles ha estado todavía muy marcada por la pandemia y se cierra con la confianza de que la próxima, la del año 2022, refleje que también se está recuperando la normalidad en las prisiones.
“Estuve en la cárcel y vinisteis a verme” (Mt. 25, 36)
Esta frase del evangelio de san Mateo, “estuve en la cárcel y vinisteis a verme” (Mt. 25, 36) resume el trabajo de la Pastoral Penitenciaria con el hombre y mujer que está en prisión porque en cada persona que nos encontramos en la cárcel, «vemos al mismo Cristo preso», así lo destaca el director del departamento, Florencio Roselló, en las primeras líneas de la presentación de la Memoria.
En la Pastoral Penitenciaria, afirma «siempre hemos manifestado que nos importa la persona«. Y puntualiza «detrás de estas frases hay vida, hay compromiso, hay opciones de vida» que son las que «vienen reflejadas por los datos que se recogen en la Memoria«. Unos resultados «que reflejan el gran compromiso de la Iglesia en prisión. La apuesta por estar cerca de las personas presas».
Capellanes, delegados y voluntarios, el compromiso del día a día en prisión
Detrás de esta apuesta -destaca Florencio Roselló- están los capellanes, los delegados y los voluntarios que día a día viven su compromiso en prisión. Entre todos, el pasado año se acogió a casi 3.000 personas en los 85 pisos, casas o centros de acogida, de los cuales más de la mitad eran extranjeros y casi la cuarta parte eran de origen musulmán.
También llama la atención sobre los más de 8.000 paquetes que se pusieron a disposición de los presos o las presas sin apoyo social o los más de 8.500 que han recibido ayuda económica o peculio.