La capilla data del siglo XVIII. Fue construida por Fernando de Casas y Novoa, también autor de la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago. Está considerada una obra maestra del barroco español. Se desconoce al autor de la talla, de piedra policromada. Algunos la sitúan cronológicamente en el siglo XII, aunque posiblemente su factura sea de finales del XIV o principios del XV.
Esta imagen que contemplamos hoy en día seguramente sustituyó a otra (u otras) que aparecen en escritos de épocas anteriores, como LA CANTIGA LXXVII DE ALFONSO X EL SABIO, que se titula «Cómo Santa María sao na sa ygreia de Santa María de Lugo hua moller colleita dos pées e das maos», en la que describe la curación de una mujer que pidió a la Virgen la salud, que recobró en la propia Catedral de Lugo, a los pies de la Virgen, y que fue compuesta en el siglo XIII.
También se cree que tres siglos antes, San Pedro de Mezonzo se inspiró ante la Virgen de Lugo para componer la Salve Regina: «vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos».
Así describe la talla don Juan de Villafañe S.J. en una obra de 1740 sobre las imágenes milagrosas de María en los más célebres santuarios de España:
«El rostro es apacible, grave y hermoso. Tiene los ojos vivos, alegres y grandes, a proporción de su simetría y por admirarse más esta excelencia, y hermosura, es llamada Nuestra Señora de los Ojos Grandes. Mantiene esta Santa Imagen al Niño Dios en su brazo siniestro, a quien ofrece leche de sus purísimos pechos, y el Niño, con notable gracia, como agradeciendo el don, tiene su mano derecha sobre el pecho de su castísima Madre».
Salve Regina
Salve, Regina, mater misericordiae;
vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus exsules filii Hevae,
Ad te suspiramus gementes et flentes
In hac lacrimarum valle.
Eia ergo, advocata nostra,
Illos tuos misericordes oculos ad nos converte,
et lesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, o pia, o dulcis Virgo María,
Ora pro nobis, sancta Dei Genitrix,
ut digni efficamur promissionibus Christi. Amen.