Lugo es conocida como la Ciudad del Sacramento debido al culto eucarístico que ha caracterizado a su Catedral desde muy antiguo y que hoy continúa con el secular privilegio extraordinario de la Exposición perenne del Santísimo en el Altar Mayor.
Esta tradición suele hacerse remontar en Lugo a “tiempos de Theodomyro Rey de los suevos”, cuando se habría tomado en un concilio lucense la decisión de situar un signo eucarístico en el centro de la iglesia más importante de Galicia –en aquel momento, Catedral de Lugo– como expresión de la verdadera fe en Jesucristo.
Esa devoción se ha mantenido a lo largo de los siglos y ha derivado en ciertos reconocimientos como el del privilegio de una “indulgencia plenaria” que se puede lucrar en nuestra Catedral de modo “cotidiano y perpetuo”, otorgado en su día por Pio IX y renovado recientemente por el Papa Francisco, vinculado a este extraordinario y secular culto eucarístico.
La voluntad de cuidar adecuadamente la presencia del misterio eucarístico en el Altar mayor, también se expresa en un hecho histórico destacado en la segunda mitad del siglo XVII: la instauración de la Ofrenda del Reino de Galicia al Santísimo Sacramento el 1 de marzo de 1669. Desde esa fecha, año tras año, la devoción de toda Galicia por la Eucaristía, presente en su propio escudo desde tiempo inmemorial, se muestra de forma manifiesta.
Maria José Campo