¿Qué es el miércoles de ceniza?
El próximo miércoles 05 de marzo es miércoles de ceniza,día que marca el inicio del tiempo de Cuaresma, tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las "armas de la penitencia cristiana": la oración, el ayuno y la limosna.
El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza propio, de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
Significado de la ceniza
La ceniza de este día como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen: "Dios modeló al hombre del polvo del suelo" (Gen 2,7); y "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás" (Gen 3,19).
La ceniza empleada este día es un sacramental, es decir, “signos sagrados instituidos por la Iglesia cuyo fin es preparar a los hombres para recibir el fruto de los sacramentos y santificar las diversas circunstancias de la vida” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 1677).
La ceniza suele obtenerse con la ceniza hecha de las palmas y ramos de olivos bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
La bendición e imposición de la ceniza, dentro de la Misa, se hace después de la homilía, con la siguiente bendición:
Señor Dios, que te apiadas de quien se humilla y te muestras benévolo para quien se arrepiente, inclina piadosamente tu oído a nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición + sobre estos siervos tuyos, que van a recibir la ceniza, para que, perseverando en las prácticas cuaresmales, merezcan llegar, purificada la conciencia, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
Abraham Avila