Con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, David Ocon y Abraham Ávila, seminaristas del Redemptoris Mater en nuestra diócesis, comparten con nosotros su testimonio vocacional.
David Ocon llega a su discernimiento vocacional después de haber estudiado su carrera de arquitectura y en un momento en el que se sentía alejado de Dios. Tras vivir unos acontecimientos duros comienza a plantearse hacia dónde quiere conducir su vida:
“En las cosas pequeñas que hago, incluso en las que no se ven, es donde siento que este es el lugar que Dios me ha dado para servir a su Iglesia. Merece la pena servir a Dios”
“Todas las cosas del mundo son buenas, pero sin Dios no tienen fundamento”
Abraham Ávila recibió su llamada a los 17 años en un encuentro vocacional. Él tenía pensada su vida, planificado en la cabeza su futuro, elegida su carrera… y en esa invitación a no tener miedo y mirar si en él había una vocación es donde encontró el camino:
“El Señor cuando llama es fiel, y mi vocación es un regalo, una muestra de fidelidad de Dios”
"En los momentos de oración y servicio me doy cuenta de que no estoy solo, que Dios está conmigo. La soledad no existe, porque Dios es el que va siempre por delante”
Maria José Campo