El lunes 3 de junio unos 150 miembros del movimiento de Vida Ascendente de toda Galicia tuvieron un encuentro en Lugo. Celebraron la Eucaristía, presidida por el Obispo Mons. Alfonso Carrasco, en la catedral y después compartieron la comida.
Cada año los miembros de este movimiento eclesial de personas mayores mantienen un encuentro de confraternidad en una de las diócesis de Galicia, en esta ocasión fue en Lugo.
El obispo de Lugo, Mons. Alfonso Carrasco, en la homilía les manifestó la alegría que supuso su presencia en nuestra ciudad: “sabed que es una alegría poder estar aquí y que hayáis venido hasta Lugo. Es un día de fiesta y nosotros queremos, ante todo, dar gracias a Dios, porque habéis podido reuniros, porque habéis podido venir y porque estáis haciendo este camino de la vida ascendente, que es un camino de fidelidad, de fidelidad al Señor, al misterio de la propia vocación, de la propia vida dada por Dios. Estamos alegres por la presencia de todos vosotros”.
Y, haciendo referencia a la importancia del testimonio que los miembros de Vida Ascendente nos dan: “Nosotros nacemos para decir que no queremos perder la esperanza del corazón, que no queremos negar la belleza de la vida que Dios nos ha dado, que sabemos que la vida tiene forma buena, que puede dar frutos de amistad, de bondad, de justicia, y de eso es necesario que nosotros demos testimonio verdadero, testimonio de la fe y de la esperanza que llevamos en el corazón. Eso es lo más valioso que tenemos. Tanto es así, que es lo que va a perdurar”.
Y finalizó recordando que: “Muchas cosas de este mundo van pasando, con los años quizás lo habréis visto, van perdiendo su fulgor y, sin embargo, la raíz de la vida, lo que somos delante de Dios no desaparece, sino que es lo que permanece”.
Maria José Campo